XXXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 6 de Octubre de 2011
MONICION DE ENTRADA
Hermanos y hermanas, estamos casi al final del Año Litúrgico. En dos domingos más llegaremos al Adviento, y la misericordia del Señor nos cesa en reunirnos en torno suyo para regalarnos su palabra y alimentarnos con el Pan de la Eucaristía. Hoy , el Señor nos hace un fuerte llamado a la prudencia, a enfocar nuestras vidas en los valores del Evangelio, a no distraernos en el camino y perder la ruta de los tiempos nuevos que están a punto de llegar. Puestos en pie y cantando con alegría, recibimos al presbítero que nos preside.
MONICION PRIMERA LECTURA, Sabiduría 6,12-16
El Libro de la Sabiduría nos invita a la a la prudencia que hemos de tener en este mundo donde imperan las prisas. La Palabra que escucharemos nos invita a detenernos, a descansar, a calmarnos y sobre todo a estar vigilantes. Escuchemos.
MONICION SEGUNDA LECTURA, 1 Tesalonicenses 4, 13-17
En la siguiente Palabra, tomada de la Primera Carta a los Tesalonicenses, San Pablo nos dibuja el verdadero sentido de la vida y del tiempo. En estos últimos domingos del año litúrgico, el Apóstol nos muestra ese camino de salvación en el que, también, la esperanza y la prudencia son factores importantes. Escuchemos.
MONICION AL EVANGELIO, San Mateo 25, 1-13
El evangelio de hoy nos invita a revisar dos características esenciales en la vida de un creyente: la prudencia y la esperanza. Teniendo en cuenta que la manera de actuar de Dios no es nuestra manera y su tiempo no es nuestro tiempo. Puestos en pie, cantemos Aleluya para dar entrada al Evangelio.
Aleluya Mt 24, 42a. 44
Estén en vela y preparados, dice el Señor, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre.
Estén en vela y preparados, dice el Señor, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre.
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