XXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 11 de Septiembre de 2011
MONICION DE ENTRADA
Hermanos y hermanas, el Padre de la misericordia, hoy nos reúne nuevamente en su amor para escuchar su Palabra y comer el verdadero Pan del cielo. Las lecturas de este día son un llamado apremiante del Señor a vivir en la misericordia, a perdonarnos unos a otros, tantas veces como sea necesario, sin buscar la venganza, porque los juicios hay que dejárselos a Dios. Así como el Señor nos ha perdonado a cada uno de nosotros, así debe cada uno perdonar a su prójimo honestamente y con generosidad. Iniciemos esta fiesta del perdón y la misericordia, entonando el canto de entrada para recibir al presbítero que nos preside la Eucaristía.
MONICION PRIMERA LECTURA, Eclesiástico 27,33-28, 9
La violencia, la agresividad, el ofuscamiento y la venganza no tienen cabida en el corazón de quien ama a Dios. Escuchemos con atención esta Palabra del libro del Eclesiástico.
MONICION SEGUNDA LECTURA, Romanos 14, 7-9
San Pablo nos recuerda que toda nuestra vida y nuestra muerte están en manos de nuestro Dios. Cuando nuestro corazón se centra en esta verdad, aprendemos a vivir en Dios, que es misericordia y perdón infinitos. Escuchemos atentamente.
MONICION AL EVANGELIO, Mateo 18, 21-35
El perdón ha de ser perfecto. Hasta 70 veces 7 nos dice el Señor que debemos perdonar, para significar con ello la perfección y completez del perdón que viene de Dios y ha de manifestarse entre nosotros con generosidad. Pongámonos en pie y entonemos el aleluya para dar entrada al Evangelio.
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Aleluya Jn 13, 34
Les doy un mandamiento nuevo -dice el Señor-: que se amen unos a otros, como yo les he amado.
Les doy un mandamiento nuevo -dice el Señor-: que se amen unos a otros, como yo les he amado.
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